21 de junio de 2013

Humo

Que si a alto humo huelo y vuelo
hasta lo profundo
y temporal de tu lóbulo
en un volumen
de aire disuelta
resuelta a quedarme
impresa hasta las últimas
volutas circunscritas
en lo combustible del aroma
tallado en tu aire
interno relleno
de volátil presente
que de una u otra
forma permanece
como el humo
se agarró de mi
aquí
retomo
el cauce:
que si a humo huelo
tanto que en el incendio
me huelas y vueles
a otros incendios más memorables
mano a mano
para siempre
hemos quedado
Tan tan
Tango es la vida
figúrate tú.

8 de junio de 2013

David



Más que nada quiero verte
ejercer la inmovilidad
en la plaza pública de la gran urbe
y ser acechado por palomas
obsesivas iguales a mí,
igual que ellas, te dediqué mi primer vuelo
y tantas otras cosas inconfesables
y primeras, hombre-estatua,
gigante de otro reino
mineral más duro
que la tectónica entraña.
Más que nada quiero
que me vulneres ahí,
en el sello roto del temblor
con tu falo frío de mármol,
en mi falla geológica, fractura supina y caudal
de ríos convidados al inunde
y luego me rellenes de escombro
la boca abierta y vacía de todo
lo que es límite.
Más que nada no quiero que me mires así,
porque aunque el de piedra seas tú,
soy yo la que se quiebra,
no me frunzas más el ceño
hasta que tengas un motivo de peso
y de carne
irregular de borde, que cubre
lo íntimamente mineral de mis huesos,
montada sobre tu cuerpo inánime tan vívido,
exprimiéndote el inoculo de polvo
que para mí, yo sé,
guardabas desde hace siglos.
Ay David, lánzame ya esa piedra
porque he pecado
no me tengas compasión,
derríbame de una pedrada,
lánzame el corazón que escondes en la diestra,
mátame de una vez
de una corazonada implacable.


2 de junio de 2013

Eres una


Grandísima hija de parra
injerto de moscatel y uva de mesa,
única soberana de Colchagua
te ríes a racimos llenos,
de la risa te desgranas,
eres preludio de bulla
fecunda hija de la gran parra,
a tu salud lamimos el suelo donde
derramas tu sombra, pollera de ala ancha
que para el duelo de la cueca
hasta la corteza te arremangas.
Cantora de ramada y de vendimia,
que animas con guitarra improvisada,
tallada de tu propia madera,
mariposa borracha de tonadas
y tus manos son de viento
y son de camanchaca para tocarla.
Valiente parra carne de perro
que a la injusticia también le ladras
y con el cuero duro resistes
la indiferencia más descarnada
de la tierra, que donde más abajo te nutre,
más arriba te quiebra las ramas.
Tu voz es el raro fermento,
justa mezcla de animada jarana
y protesta tan elocuente
que toda la sangre toma las armas
del legado de tus agridulces uvas,
Grandísima hija de la gran parra.