20 de febrero de 2014

Domingo por la tarde


Lo que me gusta es el pan
sobre tu mesa
o sobre tu pecho
con mantequilla, frío
o calientes las mañanas
a beso limpio
o sucio, es como prefiero
el pan que hacemos de madrugada
o a media mañana
y después de almorzar
un plato demasiado grande
y muy picante
me pongo yo, tú un poco ebrio
de felicidad y de ansias
me embistes y me haces reír
con una carcajada colosal
que llena todo el espacio
de este pequeño cuarto
de hora que nos queda juntos
y revueltos y completamente vueltos
a la fe de lo lindo
que puede ser un domingo por la tarde.