9 de febrero de 2013

Y así fue


Y así fue como
la primera máquina eléctrica
se llamó cerebro
y fue la gran evolución,
pero tan voraz resultó,
que subsidio fijo exigió
de esto, lo otro y azúcar
más azúcar y más de esto y lo otro...
Y así fue como
el primer motor a pila
se llamó corazón
y surtió de energía al cerebro
y de sangre. Sed de sangre.
Y así fue como
La primera arma se llamó mano
con pulgar oponible calibre 50.
Y así es como
se lo voy contando,
todo se lo cuento
para que cuentos
no deje que le cuenten:
el resto fueron baratijas al por mayor
y al detalle calcadas,
como la pólvora y la bomba atómica.
Que en el ojo no le metan el dedo
con uña o sin uña, tuerto de uña
y de ojo se quede usted, tuerto
y muerto también,
al menos agónico
por el engaño del dedo del hombre,
como quien digiera, tuerto
por su propia mano,
muerto en su ley.
Ahí donde se ve tan letrado,
tan enantiojado que se muestra,
tan civilizado que parece que fuera,
tan endiosado que se jura
usted,
es usted la genuina,
la primera
arma de destrucción masiva,
invención de dios padre,
manipúlese con cuidado y
no acepte imitaciones.

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