19 de febrero de 2013

El fracaso es mío


A mostrar la hilacha
A nacer vencida
A perder he vencido la muerte
No es porque lo diga yo
Pero en perder nadie me gana
Pierdo:

La vida a pequeñas bocanadas y constante en el paso certero desfile a ningún lugar

La cordura con destreza a prueba de balas de capsulas metálicas de litio de glóbulos de homeopatía

Pierdo el tiempo todo el tiempo

La plata en apuestas imposibles de juegos de azar amorosos melosos de lo amoroso cursis apuestas perdidas

El trabajo que me costó olvidar que era huérfana cuando lo conocí y él no quiso adoptarme como mascota domestica porque dijo que prefería una planta que da risa de puro oírla reírse

El conocimiento que ya era prestado y ahora como le voy explicando al dueño de la institución de estudios superiores que me estafó

El protocolo de ese experimento que seguro que me habría hecho ganar un nobel al intento fallido

El rastro pierdo el ritmo

Las llaves que abren candados de cárcel desde dentro cierro y me engullo ciertas libertades condicionales con permiso del juez esta noche puedo dormir en una celda de paredes acolchadas

El punto de vista el punto de partida

El punto aparte se aparta de mí me deja aislada en una frase momificada en un párrafo que es un acantilado

La memoria a corto y a largo

Plazo pierdo

El pelo

Los calzones en callejones trasnochados sudoroso sin salida a océano ninguno

El orden es evidente el caos es mi copiloto

Pierdo, pierdo y me pierdo en:

Miedos y dudas que dudan y temen respectivamente

Lapidas futuras y ojos de desconocidos los desconocidos habituales que no hacen más que esquivarme con la vista con las ganas en la memoria del patio de mi escuela

Verguenza y paciencia en dosis equitativas justas en la hora han llegado a rescatarme de sí mismas

En resumen a dejarlo todo atrás con una sonrisa de veterana perdedora absolutamente todo cuanto me he propuesto perder es que he vencido

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