4 de junio de 2008

La Ermitaña













De nuevo, como una maldición, había caído en el mutismo idiota, tanto que ya no era alguien era algo. Ahí estaba, puesta en el sillón, registrando a veces y otras tantas con los ojos hacia atrás, viajando a través de las tinieblas de la conciencia extrema de mi propia irrelevancia en ese escenario.
De vez en cuando uno u otro de los actores de esa obra, que presenciaba sin ser advertida, sentía que el inconciente quizás le susurraba mi nombre como una brisa y rápidamente miraba hacia mi espacio inmaterial y tendía un puente momentáneo, que yo no cruzaba jamás, pues no estaba en mi propia naturaleza el nexo, la sociedad o la compañía.

1 comentario:

Africa dijo...

¿ quien es el autor de esta imagen???