8 de junio de 2013

David



Más que nada quiero verte
ejercer la inmovilidad
en la plaza pública de la gran urbe
y ser acechado por palomas
obsesivas iguales a mí,
igual que ellas, te dediqué mi primer vuelo
y tantas otras cosas inconfesables
y primeras, hombre-estatua,
gigante de otro reino
mineral más duro
que la tectónica entraña.
Más que nada quiero
que me vulneres ahí,
en el sello roto del temblor
con tu falo frío de mármol,
en mi falla geológica, fractura supina y caudal
de ríos convidados al inunde
y luego me rellenes de escombro
la boca abierta y vacía de todo
lo que es límite.
Más que nada no quiero que me mires así,
porque aunque el de piedra seas tú,
soy yo la que se quiebra,
no me frunzas más el ceño
hasta que tengas un motivo de peso
y de carne
irregular de borde, que cubre
lo íntimamente mineral de mis huesos,
montada sobre tu cuerpo inánime tan vívido,
exprimiéndote el inoculo de polvo
que para mí, yo sé,
guardabas desde hace siglos.
Ay David, lánzame ya esa piedra
porque he pecado
no me tengas compasión,
derríbame de una pedrada,
lánzame el corazón que escondes en la diestra,
mátame de una vez
de una corazonada implacable.


1 comentario:

MD dijo...

Muy bueno David,
"Más que nada no quiero que me mires así, porque aunque el de piedra seas tú,soy yo la que se quiebra"
notable my blood!

un besote!!