17 de octubre de 2008

Rincón Compartido



Que super-lativo

que super-latente fue

que super-cadente

haber compartido

el espacio estrecho

de un mismo silencio contigo

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hay veces que un silencio marca la diferencia... y es en ese instante donde el lenguaje corporal lo es todo. Una mirada o una sonrisa son suficientes para comunicar lo necesario. Eso, algo tan simple que en estos tiempos tan complejos se ha perdido: lo necesario.