Hay lugares que aunque siempre han existido, de pronto comienzan a existir. Sucede que por más que he tratado de resucitar alegrías extintas, apenas he conseguido entibiar recuerdos añejos, recuerdos que dejaron olor a vértigo meciéndose en el aire de esas esquinas azules, y hoy solo me indigestan, me marean, fastidian. Lo que siempre me cae muy bien es prender un cigarro y jugar a que todo se hace humo y cenizas...